Tras un viaje de 137.000 kilómetros por todo el mundo, no exento de problemas, la antorcha olímpica llegó hoy a Pekín, donde dentro de tres días encenderá el pebetero del Nido de Pájaro (Estadio Olímpico) y marcará el inicio de los Juegos de la XXIX Olimpiada.
Transportada en avión, la antorcha aterrizó en el Aeropuerto de la Capital de Pekín, procedente de la provincia de Sichuan (suroeste), penúltima etapa del relevo.
Antes, la antorcha fue paseada por las calles de Chengdu, capital de Sichuan, la provincia más afectada por el terremoto del 12 de mayo, donde el recorrido fue cambiado por razones de seguridad.
Según el Buró de Seguridad Pública de Chengdu, se decidió modificar el recorrido debido a problemas de tráfico y al temor a que demasiada gente se concentrara en algunos puntos.
En Pekín, la antorcha será paseada en los próximos tres días por algunos de los puntos más conocidos de la ciudad, como el Palacio Imperial, la Plaza de Tiananmen, el Templo del Cielo o la Gran Muralla.
Entre los portadores del fuego a su paso por la capital olímpica habrá ilustres personajes como el pívot de la NBA Yao Ming, el astronauta chino Yang Liwei o el afamado pianista Lang Lang, aunque sigue siendo un secreto quién entrará en el estadio con la antorcha y quién encenderá el pebetero sagrado.
En su periplo por todo el mundo, la antorcha se ha encontrado con protestas contra el Gobierno chino y a favor de la independencia tibetana en ciudades como París y Londres, y se vio rodeada por un enorme dispositivo de seguridad.
En su recorrido por China, la antorcha llegó por primera vez al monte más alto del mundo, el Everest, y visitó todas las divisiones administrativas del país, incluyendo su polémico paso por regiones con importantes focos independentistas, como el Tíbet y Xinjiang.
La antorcha ya estuvo en Pekín el 31 de marzo, antes del inicio de su recorrido internacional, y entre los portadores del fuego en aquella ocasión estuvieron el presidente chino, Hu Jintao, y el vicepresidente, Xi Jinping.