El prototipo que podría revolucionar la técnica de la fotografía tiene aproximadamente el tamaño y la forma de un ojo y una "retina" curva sensible a la luz, señalan sus inventores.
Hasta ahora, los fotodetectores de silicona de las cámaras digitales se colocaban sobre superficies planas, y los científicos han tardado veinte años en superar los obstáculos técnicos que les impedían curvar ese ingenio óptico.
Una superficie curva puede generar imágenes más nítidas con un campo de visión mucho más amplio.
Se cree que la nueva tecnología ayudará a simplificar y perfeccionar el diseño de minicámaras fotográficas y emplearse también para la imaginería biológica.
Igualmente podrían utilizarse en robots a modo de ojo artificial, como el del ordenador que en la famosa película de Stanley Kubrick "2001: Una odisea del Espacio" se dedicaba a espiar a la tripulación humana de la nave espacial.
Los científicos se topaban hasta ahora con el problema de que los materiales muy frágiles utilizados para captar imágenes se rompen fácilmente cuando se curvan.
La solución que encontraron los expertos de la Universidad de Illinois en Urbana-Campaing (EE.UU.), dirigidos por el profesor John Rogers, consistió en montar los componentes electrónicos sobre una membrana elástica previamente estirada pero capaz de volver en todo momento a su forma curva original.
Los elementos rígidos del sistema se disponen como si fueran edificios sobre la superficie curva de la Tierra y las estructuras de silicona se conectan mediante una especie de puentes de alambre fino.
Todo ello se trasfiere luego desde la membrana hasta un cristal curvo que sirve de base antes de unirlo a la lente y los elementos electrónicos externos.
Según Rogers, "las simulaciones ópticas y los estudios de imaginería muestran que esos sistemas proporcionan un campo de visión mucho más amplio, una mejor uniformidad lumínica y menores aberraciones que las cámaras planas dotadas de lentes similares".
"Los dispositivos de detección hemisféricos están mucho mejor indicados para su empleo como implantes retinales que los de tipo plano", agrega el experto.
El hecho de poder aplicar artefactos de silicona de alta calidad a superficies complejas así como a tejidos biológicos ofrece, según el científico estadounidense, enormes y muy interesantes posibilidades para el diseño de artefactos electrónicos y optoelectrónicos.
El prototipo actual tiene sólo 256 píxeles, pero, según los investigadores, es posible desarrollar otros de mucha mayor densidad.