Scott Levy (Raven) y otros dos luchadores no mencionados presentaron una demanda ante la WWE el pasado 24 de julio, según publicado por la misma empresa en su informe financiero.
La demanda alega que hubo incumplimiento de contrato y enriquecimiento injusto de la WWE por tratarlos a ellos como contratistas independientes en vez de empleados, lo que alegan que es una clasificación errónea. WWE no ha contestado la demanda por el momento.